¿Cómo usar una beauty blender?
Muchas me han preguntado si vale la pena invertir en una esponja de $350 en Sephora. Mi respuesta es claro! La esponja beauty blender lo vale, claro que tenemos que cuidarla mucho.
¿Cómo se usa la Beauty blender?
Se debe introducir en un recipiente con agua. La debemos apretar para que el agua pueda penetrar por completo.
Luego debemos escurrirla con la mano pero con delicadeza.
Posteriormente debemos retirar el exceso de humedad con una toalla de papel.
Ponemos un poco de base en el torso de la mano e impregnamos la esponja en ella.
La aplicamos a toques por el rostro utilizando el extremo adecuado a cada zona.
¿La Beauty blender es apta para las pieles sensibles y reactivas?
Esa era una de mis principales preocupaciones, ya que mi piel es extremadamente sensible y algunos materiales. Afortunadamente he descubierto que la esponja es ideal para quienes tenemos la piel así, y que incluso cuando la tenemos más reactiva, es mucho mejor aplicar la base con ella que con cualquier otra cosa (incluso las manos). En ese sentido debo decir que ha sido todo un descubrimiento en especial por que no tiene latex.
¿Cómo lavarla?
No la podemos limpiar con cualquier limpiador, los materiales de la esponja se pueden dañar haciendo que tu esponja se destruya. Compra el jabón o el jabón liquido de la misma marca y lavala cuidadosamente. Aprietala hasta quitar el exceso de agua y dejala secar acostada sobre una toalla de papel hasta que quede totalmente seca. ojo! no la guardes en su empaque con humedad ya que puedes crear bacterias!
Mi experiencia con la Beauty blender
Creo que la esponja se merece toda la fama que tiene porque deja un acabado super natural y como efecto airbrush, es decir, no tienes que ser una experta ni en bases ni en brochas para que la base te quede perfectamente aplicada. Además s puede usar para aplicar polvos, rubores, para difuminar sombras y más.
Creo que ese es justo el objetivo que buscó su creadora cuando la concibió y al respecto solo puedo decir que lo cumple con creces.
